Los niños, pequeñas criaturas caprichosas, reyes de la casa que superan en astucia a sus padres, con sus chantajes y desplantes.
Los padres, hijos de otras épocas más austeras y comedidas, ligadas a la educación severa y reglas más estrictas.
El exceso está creando monstruos!
En una isla, llena de nuevos ricos, los hijos son peleles, con la seguridad de un heredero y la retribución material que día a día se les consiente, para compensar la ausencia parental... Qué pena, qué pereza... es el futuro que le estamos construyendo al planeta, una prole atontada y caprichosa.
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