Lou Reed


Este año, en 'la fiesta internacional de literatura' Kosmopolis 08, la sensación edulcorada era la presencia de Lou Reed, pero no en su faceta habitual, junto a su guitarra, sino como narrador poético.
Tras una triste rueda de prensa, pese a lo que hayan dicho los medios de comunicación, yo estaba allí, y dejó mucho que desear. La estrella estrellada, con sus Nike amarillas, recostado sobre la silla, respondió con soberbia a las estúpidas preguntas que algunos se atrevieron a lanzar y que sólo ayudaron a que se alzara un poco más en su pedestal de 'soy mejor que vosotros y no estais a mi altura'. No dejó que le tomaran fotos; su aspecto deteriorado por el tiempo no debe de mediatizarse, tenemos que quedarnos con la figura de lo que fue, muy lejano a lo que es ahora; un señor de entrada edad que no asume el paso del tiempo, y que aún pensando que está por encima de todo, no es capaz de aceptar que el cuerpo sólo es un traje que se marchita, lo importante es lo que cultivamos por dentro.
Una hora y media hizo esperar a la organización para poder maquillarse los surcos del tiempo que habitan en su rostro. Interrumpió su entrevista con un periódico nacional, por una pregunta inadecuada. Retrasó cuarenta minutos su intervención poética, quién sabe por qué circunstancia... el caso es que sólo se le podía fotografiar como medio, durante los primeros 2 minutos de su intervención, justo antes de que empezase a leer, y por supuesto, sin ningún flash, si no, amenazaba con parar su circo. De esos dos minutos, prácticamente uno, se lo pasó de espaladas! Luego, como borregos, nos invitaron a abandonar el foro, por una pequeña puerta, para dejar que la 'diva' prosiguiese con su lectura en paz. Ojeaba continuamente los folios que le quedaban para acabar su lectura, y no regaló ni un minuto más, ni siquiera una mueca de sonrisa... Es tan alto el pedestal que olvidan su condición de humanos? Walk on the wild side... sí, sí, oh yeah!


*Fotografía, Noelia Villodre.