Sus papeles, porfavor.


... Y por lo menos los pidieron por favor!
Salía de arreglar unos papeles de trabajo, burocracia y más burocracia, y caminando tranquilamente, a la altura de la estación de autobuses de Valencia:
- Pssst! Eh! Señorita! Venga aquí! (acompañado de un movimiento repetitivo de su índice, dirigiéndome hacia él, un policía nacional, con gafas de sol y unos kilos de prepotencia extras)
- Qué pasa poli?
- Sus papeles, por favor
- Por qué?
- de dónde és?
- de aquí
- documentación, por favor
- de donde parezco?
- parece extranjera
Aquí ya le cedo mi puto DNI, y me da las gracias, sin responder la pregunta sobre mi supuesta procedencia, sin que entendiese por qué se creen con ese derecho de pedir identificación a cualquier cosa que se mueva, sólo por que sí, por tu apariencia, o porque le hayas mirado a los ojos, mientras pasabas por su lado, y te ha querido demostrar que 'él puede'. Gracia, no me hizo ninguna! Valencia se está convirtiendo en un estado policial. Tras la excusa de una ciudad más segura, de cumplir con la ley de inmigración, y todas esas fachadas, se esconde una coacción de la libertad, intimidación... Abuso de poder! Lo de siempre! Menos controlar la inmigración y que se fijen un poquito más en quién está gobernando la ciudad, que así van las cosas... ahora sólo me falta oír, que 'con Franco se vivía mejor'.

Ramón Gurillo clausura pasarela



El pasado 4 de septiembre, en 'La semana de la moda de Valencia', versión horchatera y politizada de pasarelas con renombre, se presentaron las nuevas colecciones de múltiples diseñadores reconocidos, destacando los del panorama valenciano. Lo mejor, fue la clausura, y no porque marcaba el fin de la pasarela, sino por el toque de elegancia y estilo marcado por Ramón Gurillo, lo mejor que hubo en la semana de la moda.





















Diseños ligeros, vaporosos, cómodos, con clase, artesanales, bellos; inspirados en la naturaleza, la noche y la mujer.

La pasarela era sencilla, cálida, con buena música. Las modelos vestían con elegancia las prendas del diseñador, que dió un toque de humildad a la velada, dando todo el protagonismo a sus diseños; cuando terminó el desfile, saludó desde un segundo plano, tímido, sin buscar la ovación o el reconocimiento personal, más allá de sus creaciones, sin ego personal, sólo creativo.

Ramón Gurillo es un creador valenciano que encontró el reconocimiento que merecía lejos de aquí y así tuvo que ser para que se valorara su trabajo, España tiende a esas incoherencias. Con la presentación en su tierra, hecha con mano de obra autóctona, espero que se le empiece a valorar como merece, y como se le está valorando en el resto del mundo.


www.ramongurillo.com

*Fotos Noelia Villodre